jueves, 24 de mayo de 2012

Réquiem por la música

Quien no se tiró a la pista de baile más de una vez, para danzar frenéticamente al ritmo de un tema lleno de glamur y luces sicodélicas en aquellos gloriosos y espectaculares finales de los 70’s e inicios de los 80’s, época en la que nuestra alma de bailarín empedernido y amante de la buena música, disfrutaba al máximo de esos tiempos en que las luces multicolores y el poliéster inundaban las discotecas.

Quien no conoció algún amor furtivo y se enamoró compartiendo los acordes de “On the Radio” o alguna vez, cuando fulguraban las chicas de tacones ligeros, recreaban por su cabeza las imágenes del video del inolvidable “Bad Girls”. Aquel memorable “Last Dance” que disfrutamos con la película “Thank God It"s Friday” o acaso, el inolvidable “I feel love”, temas que uno se quedaba tarareando el compás, porque iba asociado a un motivo de vivencia, a una forma libertina de sentirse felices en una pista de baile y aun estilo de vida.

Remembranzas que hoy le hacen una mueca a la nostalgia, por los tiempos idos, que se han cruzado en la evocación, cuando la noticia, habla de que el cáncer escondido, cruel y verdugo despiadado, se ha llevado, en su último baile a la reina de la música disco: Donna Summer.


Y se ha ido también Robin, a encontrarse con su alma gemela Maurice, buscando la sonrisa de niño travieso de Andy. Su ha ido un hermano mas y han dejado solo a Barry, con ese sabor amargo en la boca, que deja la desgracia y con el dolor intenso que produce en el alma, la ausencia inesperada. Se ha ido un ícono más de la música y con él vuelven a aflorar los recuerdos, se vuelve a pintar la nostalgia de un color intenso, que hace brillar los ojos de melancolía. Y es que la música, de una u otra manera, siempre está ligada a nuestras vidas y más temprano que tarde, algún hecho trascendente nos involucra, nos hace mirar atrás y sentir que fuimos parte del mismo.

BEE GEES, un grupo de talentosos hermanos que en la época juvenil de nuestros años desbocados, fueron parte importante de nuestra azarosa vida. Con su música pude entender, cuan profundo es el amor y como se puede remendar un corazón roto, pero también en una Fiebre de Sábado por la Noche, me mostraron como se enciende la emoción al máximo, cuando el corazón explotaba de alegría en una pista de baile. Grandes momentos, grandes recuerdos que uno hoy, añora y recuerda con cariño.

Gracias BEE GEES, gracias Barry, Robin (+) y Maurice(+) y también Andy(+), por tanta música y por tantas cosas vividas que solo lo pueden entender los que estuvieron allí, sintiendo y viviendo esos tiempos, cuando los años coexistían y se sentían intensamente

Nos dejaron un legado musical inolvidable, que hoy quizás nos deja Sobreviviendo ante la Tragedia, que nos hace mirar y orar por este Demasiado cielo, donde cantarán con los ángeles los que han partido, pero que nosotros, los que vibramos con su legado musical, buscaremos sobreponer en cualquier noche de fiebre, intentando recordar que siempre Deberíamos estar bailando.